Se trata de un paraje de alto valor natural, geológico y etnográfico que apesar del paso del tiempo, el entorno natural se puede decir que apenas ha cambido. Su cima se eleva a 600 metros de altitud, en el extremo occidental de la sierra de Barbanza, al Suroeste de la provincia de Coruña, entre las rías de Arosa y Muros y Noya.
A partir de los 368 metros contamos con diferentes miradores que son parada obligada. Dónde si contamos con que el día está despejado podremos disfrutar de vistas inimaginables. Vistas que se nos quedarán gravadas en el recuerdo.
En su cima nos encontramos con zonas de prados con tojo y monte bajo donde aún hoy día se alimenta pastando el ganado que vive en semilibertad todo el año.
También existen zonas arboladas determinadas por la orientación de las laderas del lugar. Cuenta también con impresionantes pendientes con abundantes penachos graníticos con diversidad de formas que le dan un encanto añadido al lugar.
Mirador de Valle Inclán:
En el ascenso hacia el mirador de A Curota a una altitud de 368 metros. Se encuentra el mirador de Valle Inclán, lugar al que solía acudir el celebre escritor.
Al llegar al mirador nos encontramos con una bonita estatua de Valle Inclán. Es para nosotros una parada obligatoria ante él. Seguimos el camino que nos lleva al mirador y poco a poco se nos abre un inesquecible paisaje de la ría de Arousa.
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Mirador da Curota
Está situado en la Montaña de la Curota en el municipio de pobra do caramiñal, a una altura de 498 metros. Al final del ascenso que se puede hacer en coche, cuenta con una zona de aparcamiento. Después deberemos subir una serie larga de escaleras que nos permitirá llegar al Mirador de la Curota.
Ver más del Mirador de A Curota.
Curro da Curota:
El Curro de A Curota se celebra el segundo domingo de julio en el lugar conocido como Chan das Cañiza.
En el monte de A Curota vive en semilibertad vacas y caballos salvajes que pastan por las laderas del barbanza.
El día en que se celebra el curro los propietarios del ganado equino recorren todo el monte juntándolo y dirigiéndolo hacia el curro das cañizas. Una vez allí lo meten dentro de ese ballado para cortarles las crines (conocido como rapa das bestas) y marcado de las crías nacidas en ese año.